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La casa de los espíritus

195 minutos
la casa de los espiritus al teatre romea de barcelona

Las idees de perdón, reconciliación y amor empapan una novela mundialmente conocida, convertida ahora en un montaje escénico. Firmado por una directora que, de la mano de una serie de personajes femeninos, se adentra en el realismo mágico.

La novela de Isabel Allende se publicó por primera vez el año 1982 y pocos se esperaban en ese momento que fuera un éxito tan arrollador. Lectores de medio planeta han seguido con deleite las aventuras y desventuras de cuatro generaciones de la familia Trueba, protagonistas de una trama que sigue de manera paralela los movimientos sociales y políticos que acompañaron la historia del Chile postcolonial y que acaban de manera dramática con el golpe de estado y la implantación de una feroz dictadura. Una nieta que encuentra los diarios de su abuela y empieza a escribir la historia de la familia es el detonante de la trama, protagonizada por una serie de mujeres. Todas tienen nombres relacionados con la luz, des de Nívea a Clara, pasando por Blanca y Alba. Esta última es la encargada de tirar del hilo de la historia. Lo hará, como apunta Carme Portaceli, poniendo el acento en la reconciliación, aplicada tanto a un país entero como a la familia protagonista. Perdón y amor van de la mano de esta reconciliación, todo, en una ambientación de ensueño, una muestra de realismo mágico que, aun así, no se ahorra las referencias a la vida política para recordarnos que, a menudo, influye en nuestras vidas y las condicionan incluso si no tenemos nada a ver.

Es una adaptación teatral de una obra que ya llegó al cine de la mano de Bille August y a los escenarios con la dramaturga norte-americana Caridad Svich. Ahora, es el turno de Carme Portaceli, una mujer de teatro, directora artística de la FEI-Factoria Escénica Internacional, y que ha dirigido el Teatro Español de Madrid entre el 2016 y el 2019. Habitual del Grec Festival de Barcelona, ha dirigido en el festival montajes como Prometeu que inauguró la edición del 2010, entre muchos otros. Ha obtenido numeroso premios, entre los cuales destacan los dos Premios Max en la edición 2017 por Només són dones.

De: Isabel Allende
Adaptación: Anna Maria Ricart
Dramaturgia: Anna Maria Ricart y Carme Portaceli
Dirección: Carme Portaceli

Interpretación: Jordi Collet, Carmen Conesa, Inma Cuevas, David Fernández "Fabu", Gabriela Flores, Francesc Garrido, Miranda Gas, Llorenç González, Pilar Matas, Guillermo Serrano

Diseño espacio escénico: Paco Azorín
Composición musical y espacio sonoro: Jordi Collet
Diseño iluminación: David Picazo
Vestuario: Carlota Ferrer
Diseño video-escena: Miquel Àngel Raió
Coreografía y movimiento: Ferran Carvajal
Diseño sonido: Pablo de la Huerga

Ayudantía de dirección: Montse Tixé
Ayudante escenografía: Fer Muratori
Ayudante iluminación: Dani Checa
Ayudante vestuario: Sonia Capilla
Fotografía: Jesús Ugalde

Regidoría: Aitor Aguado
Técnico iluminación: Alberto Hernández de las Heras
Técnico sonido: Pablo de la Huerga
Técnico vídeo: Xevi Gibert
Técnico maquinaria: Jordi Larrea
Sastre: Elena Ballester
Peluquería y maquillaje: Cristian Magallanes

Jefe técnico del teatro: Sergi Lobaco y Raúl Martínez
Prensa: Albert López y Judit Hernández
Márquetin y comunicación: Publispec
Diseño Gráfico:  Santi&Kco

Fuentes material audiovisual: Archivo Patrimonial de la Universidad de Santiago de Chile, Pedro Chaskel, Centro Cultural La Moneda, documental “Chile, junio 1973” (Imágenes rescatadas per Eduardo Labarca) y paisajes varios.

Una coproducción de Teatre Romea, Teatro Español y Grec 2021 de Barcelona.


 

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