Las idees de perdón, reconciliación y amor empapan una novela mundialmente conocida, convertida ahora en un montaje escénico. Firmado por una directora que, de la mano de una serie de personajes femeninos, se adentra en el realismo mágico.
La novela de Isabel Allende se publicó por primera vez el año 1982 y pocos se esperaban en ese momento que fuera un éxito tan arrollador. Lectores de medio planeta han seguido con deleite las aventuras y desventuras de cuatro generaciones de la familia Trueba, protagonistas de una trama que sigue de manera paralela los movimientos sociales y políticos que acompañaron la historia del Chile postcolonial y que acaban de manera dramática con el golpe de estado y la implantación de una feroz dictadura. Una nieta que encuentra los diarios de su abuela y empieza a escribir la historia de la familia es el detonante de la trama, protagonizada por una serie de mujeres. Todas tienen nombres relacionados con la luz, des de Nívea a Clara, pasando por Blanca y Alba. Esta última es la encargada de tirar del hilo de la historia. Lo hará, como apunta Carme Portaceli, poniendo el acento en la reconciliación, aplicada tanto a un país entero como a la familia protagonista. Perdón y amor van de la mano de esta reconciliación, todo, en una ambientación de ensueño, una muestra de realismo mágico que, aun así, no se ahorra las referencias a la vida política para recordarnos que, a menudo, influye en nuestras vidas y las condicionan incluso si no tenemos nada a ver.
Es una adaptación teatral de una obra que ya llegó al cine de la mano de Bille August y a los escenarios con la dramaturga norte-americana Caridad Svich. Ahora, es el turno de Carme Portaceli, una mujer de teatro, directora artística de la FEI-Factoria Escénica Internacional, y que ha dirigido el Teatro Español de Madrid entre el 2016 y el 2019. Habitual del Grec Festival de Barcelona, ha dirigido en el festival montajes como Prometeu que inauguró la edición del 2010, entre muchos otros. Ha obtenido numeroso premios, entre los cuales destacan los dos Premios Max en la edición 2017 por Només són dones.
De Isabel Allende
Dirección Carme Portaceli
Adaptación Anna Maria Ricart
Dramaturgia Anna Maria Ricart y Carme Portaceli
Jordi Collet
como Esteban García / Conde de Satigny
Carmen Conesa
como Clara del Valle
Inma Cuevas
como Nívea / Blanca
David Fernández “Fabu”
como Doctor Cuevas / Pedro II / Padre Ángel / candidato
Gabriela Flores
Como Férula / Tránsito / Amanda
Francesc Garrido
como Esteban Trueba
Miranda Gas
como Alba
Borja Luna
como Pedro III / Miguel
Pilar Matas
como Nana / Petra García
Guillermo Serrano
como Severo del Valle / Jaime / Cura
Diseño de espacio escénico Paco Azorín
Composición música original y Espacio sonoro Jordi Collet
Diseño de iluminación David Picazo
Diseño de vestuario Carlota Ferrer
Diseño de Videoescena Miquel Àngel Raió
Coreografía y movimiento Ferran Carvajal
Diseño de sonido Pablo de la Huerga
Ayte. de dirección Montse Tixé
Ayte. escenografía Fer Muratori
Ayte. iluminación Daniel Checa
Ayte. vestuario Sonia Capilla
Residencia de ayudantía de dirección Víctor Barahona
Fotografía Jesús Ugalde
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Personal técnico en gira
Regiduría Aitor Aguado
Responsable bolo y técnico iluminación Alberto Hernández de las Heras
Técnico sonido Pablo de la Huerga
Técnico de vídeo Xevi Gibert
Técnico maquinaria Jordi Larrea
Sastra Sigrid Blanco
Peluquería Cristian Magallanes
Fuentes material audiovisual Archivo Patrimonial de la Universidad de Santiago de Chile, Pedro Chaskel, Centro Cultural La Moneda, documental “Chile, junio de 1973” (imágenes rescatadas por Eduardo Labarca) y paisajes varios.
Una coproducción de Teatro Español, Grec 2021 Festival de Barcelona y Teatre Romea