Los griegos definían la antropología, las personas, como aquellos que no eran dioses. Más adelante, los seres humanos se caracterizarán también en términos negativos como aquéllos que no son animales. A partir del Renacimiento, y más concretamente en la obra de Giovanni Pico della Mirandola, los hombres se ubican entre los ángeles [los dioses] y las bestias. Hoy, en este primer cuarto del siglo XXI, los seres humanos están empezando a caracterizarse como aquellos que no son máquinas. Esta nueva mitología se consolida en Blade Runner, por ejemplo. En esa nueva mentalidad, ¿dónde quedan pues los animales? Han pasado de darnos miedo a ser objeto de compasión. Han pasado de ser un tótem a ser un tabú. Yo, el animal-filósofo, quiero hablar de todo esto.